436. Es verdad que algunas personas tienen un
carácter muy agrio. Aprovecha la ocasión y sírvete de ese vinagre para aliñar
la ensalada de tu vida.
437. Por más turbia que la veas, no digas, “De
esta agua jamás beberé”. La vida da muchas vueltas y la cabeza también. Así
que, cuando veas que alguien bebe de bruces en un charco de agua sucia, no
pienses “¡Qué imbécil!”, sino “¡Pobrecillo, qué sed tan grande debe tener!”.
438. Comprender es ya empezar a perdonar.
439. Nuestro corazón será bueno y misericordioso
en la medida en que se parezca al Corazón de Jesús.
440. ¿Cómo van a cumplir los mandamientos de Dios,
si no conocen al Dios de los mandamientos?
441. Muchos criminales y violentos lo son porque,
cuando niños, jamás experimentaron la ternura.
442. Muchos jóvenes, pecadores más por debilidad
que por malicia, son como perlas preciosas que se han caído a un pozo.
443. Por encima de las ideas o, mejor, por debajo
de ellas, los hombres podemos entendernos por el corazón.
444. Procura ver en cada hombre y en cada mujer,
al niño y a la niña que fueron, y comprenderás muchas cosas, lo disculparás
casi todo y perdonarás sin mayor dificultad.
445. Los indios de América dicen esta bella
oración: “Oh, Gran Espíritu, no permitas que yo juzgue el caminar de mi prójimo
sin haber caminado veinte leguas con sus mocasines!”
446. Pide a Jesús y a María sus ojos, y ya no
habrá nadie en quien no veas algo bueno.
447. Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Por lo
tanto, si no te quieres a ti mismo, ¿cómo vas a querer a los demás?
448. El nivel de crispación disminuirá
notablemente en nuestra sociedad, sólo con que llevásemos con paciencia, y
hasta con una sonrisa, los fallos técnicos y humanos, tanto propios como
ajenos.
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