miércoles, 18 de julio de 2012

DOLOR





576.  Tanto el dolor físico como el sufrimiento moral nos ayudan a madurar si no nos amargamos.


577.  La cruz nos descubre el sentido de nuestra existencia y se convierte para nosotros en fuente de vida. Los demonios, y los que a ellos se parecen, huyen de la cruz.


578.  Cuando estamos clavados en la cruz, comprendemos y amamos más a Cristo, tenemos unas miras más elevadas, descubrimos inmensos horizontes de santidad y de apostolado y abrimos nuestros brazos a todos los hombres.

 
579.  Jesucristo no ha venido a enjugar nuestras lágrimas, sino a glorificarlas.


580.  Cuando sufrimos con fe, con esperanza y con amor, crecemos en dignidad y en nobleza.


581.  Cuando cristianizamos nuestro dolor, nuestras llagas se convierten en luz, como las de Cristo resucitado.


582.  No suframos antes de tiempo. ¿Cuántas veces nuestro miedo, aliado con nuestra imaginación, nos hace sufrir realmente por males que quizás nunca nos ocurrirán?.


583.  ¡Qué necios somos si pensamos que Dios no nos quiere cuando sufrimos! En esa situación nos ama todavía más.


584.  Toda muerte aceptada con amor glorifica a Dios.


585.  Es exclusivo de Dios transfigurar el sufrimiento en gozo.


586.  He aquí la paradoja cristiana: por una parte, luchar denodadamente contra el dolor y, por otra, descubrir su valor redentor y salvífico.


587.  Las heridas duelen en la medida en que permitimos que nos duelan.


589.  Cuando por enfermedad, cansancio o cualquier otra circunstancia no puedas hacer absolutamente nada, ofrece a Dios con amor tu inactividad y, ante sus ojos, serás la persona más activa del mundo.


590.  Todo cuanto hay de grande en este mundo ha nacido del esfuerzo y del dolor.


591.  Hay una alegría extraña, misteriosa, compatible con el dolor físico y el sufrimiento moral, solamente conocida por quien la haya experimentado.


592.  El dolor puede destruirte, o puede hacerte más persona. Todo depende de tu fe y de tu actitud ante él.


593.  ¿Piensas? Estás ejerciendo como persona. ¿Oras? Eres todavía más persona. ¿Sufres con amor? Eres lo más parecido a Jesús, el Hijo de Dios hecho Hombre para salvarnos.


594.  ¿Sabes cómo se forman los hombres de roca? A golpe de cincel de dolor y de sufrimiento.


595.  La fe en Cristo no suprime el dolor, pero lo ilumina, lo suaviza, lo ennoblece, lo eleva y lo convierte en Cielo.


596.  Amor y dolor no sólo riman, sino que son inseparables.






No hay comentarios:

Publicar un comentario