1227. La paz con Dios es la base de la paz entre
los hombres.
1228. La paz se asienta sobre estos cuatro pilares:
la verdad, la libertad, la justicia y el amor.
1229. Si vives la armonía en ti mismo, la
descubrirás también en los demás.
1230. El perdón es una maravillosa fuente de paz.
1231. La incapacidad de los hombres para construir
hoy la paz tiene como causa su obstinada negación de Dios. Mientras los hombres
no cumplamos todos los mandamientos de la Ley de Dios, no habrá paz en la tierra.
1232. Con la paz de tejas para abajo, los tejados se
derrumban muy pronto.
1233. Si no tienes paz en tu corazón, ¿cómo podrás
sembrarla y construirla fuera de ti?
1234. Valen la pena todos los esfuerzos y
sacrificios para conseguir la paz.
1235. La paz no es solamente orden y armonía. Es
mucho más. Es el amor tomado en serio.
1236. La paz, la justicia y la libertad son frutos
del verdadero amor
1237. Perdemos la paz siempre que queremos
demasiado de algo o de alguien.
1238. La paz puede perderse lo mismo en el claustro
que en el mundo. Porque, donde realmente se pierde, es en el propio corazón.
1239. Es en nuestro corazón donde nace o muere la
paz.
1240. La paz solo será posible en una sociedad
cultivadora de virtudes.
1241. El secreto de la verdadera paz está en el
respeto a todos los derechos humanos.
1242. El portal de Belén debe ser el punto de
anclaje de toda sociedad que quiera convivir en paz.
1243. El reconocimiento y el respeto de todos los
derechos humanos es condición indispensable para la verdadera paz.
1244. La conciencia de llevar una vida recta según
Dios produce una paz y una alegría incomparables.
1245. Preguntaron a uno: ¿Cuál es el secreto de tu
buen dormir? Muy sencillo: hasta las doce de la noche pienso yo; a partir de
esa hora Dios piensa por mí.
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