sábado, 10 de mayo de 2014

RAZÓN Y FE




1353.  Hay una profunda armonía entre la fe y la razón. Ésta descubre que es razonable creer. Y la fe ayuda a la razón a volar más alto y a descubrir el horizonte de la verdad plena.


1354.  Cuando la razón no da más de sí, la fe viene en su ayuda. Cuando la fe se eclipsa, la razón sigue caminando.


1355.  La razón humana, consciente de su grandeza y de sus límites, descubre que es razonable el creer. Y la fe ilumina la razón, le descubre nuevos horizontes y le da mayor alcance.


1356.  La fe y la razón no se excluyen una a la otra, sino que se incluyen mutuamente, se ayudan y se ennoblecen.


1357.  Debemos vivir siempre según la razón y la conciencia iluminadas por la fe, pero esto no será posible si no acudimos a Dios humildemente con la oración.


1358.  La luz de la razón y la luz de la fe proceden del mismo Dios. por lo tanto, no puede haber oposición entre ambas, sino ayuda y complementariedad.


1359.  Así como la gracia no destruye la naturaleza, sino que la perfecciona, la fe tampoco destruye la razón, sino que también la perfecciona.



1360.  La fe no hace innecesaria la razón, sino que la presupone, potenciándola y dándole mayor alcance, para que pueda conocer verdades más altas.


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