1433. Aunque parezca mentira, la sencillez es lo
más difícil que hay.
1434. La sincera devoción a la Virgen María puede
ayudarnos a reconquistar la sencillez y la transparencia perdida.
1435. Las almas sencillas no buscan caminos complicados.
1436. Evita la afectación y el estilo rebuscado,
tanto en el hablar como en el escribir, si no quieres que te tengan, y con
razón, por pedante y por cursi.
1437. Los niños y los ancianos nos dan lecciones de
espontaneidad. Carecen totalmente de respetos humanos.
1438. La sencillez y la naturalidad son una forma
de elegancia.
1439. La elegancia no está ni en las joyas, ni en
los perfumes de lujo, ni en los trajes caros. La elegancia es un talante, una
forma de ser y de estar, y consiste sobre todo en la sencillez, la naturalidad
y la honradez.
1440. Hablar, escribir y orar con sencillez es lo
más difícil que hay.
1441. Cuanto más sencilla es un alma, mejor
entiende y asimila la devoción a la Virgen.
1442. Para entrar en el Cielo, es decir, para ver a
Dios cara a cara y gozar de Él por toda la eternidad, es necesario ser trigo
limpio de polvo y paja.
1443. La sencillez y la austeridad ya son por sí
mismas una forma de elegancia.
1444. Las más de las veces nos complicamos la vida
en la medida en que queremos complicárnosla.
1445. La naturalidad y la sencillez son la mejor
elegancia, la mejor cortesía.
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